Vestimenta
Los mayas fueron una de las civilizaciones pre-coloniales americanas más importantes que se puedan mencionar de este continente, habiéndose ubicado en gran medida sobre territorio mexicano, acaparando también otros países cercanos como llegan a ser Guatemala, El Salvador, Belice y Honduras. Esta cultura con más de tres milenios de historia y que hoy en día se encuentra viva con una escasa cantidad de miembros que se encargan de mantener viva la tradición. Son muchos los aspectos de los cuales se podría hablar de los mayas, pero lo que nos llama la atención en esta ocasión es su vestimenta típica.
Las prendas de vestir de los mayas dependían mucho de la clase social a la que pertenecían, siendo común que la gente más común tenga que usar prendas mucho más aptas para el trabajo diario, siendo los hombres quienes utilizaban una clase de trusa denominada patí mientras que las mujeres usaban una falda llamada huipil.
Las muestras más amplia de ostentosidad en prendas mayas se ve en la aristocracia, donde se podía ver atuendos con diseños y bordados decorados con plumas de colores, ello acompañado de collares, cinturones y otra clase de accesorios decorados con gemas, inclusive se ha podido encontrar sandalias de cuero. Se usaron además de forma ingeniosa diversos minerales para teñir las telas y así crear la gran vistosidad estética que conocemos al respecto.
Gran parte de la población estaba dedicada a las jornadas agrícolas, por ello usaron ropa adecuada a las condiciones necesarias, además la indumentaria dependía del nivel social. La mayoría de la gente vestía sencillamente: las mujeres con el sovon o hipil o una falda y su manto; y los hombres con una especie de calzón llamado patí. Sin embargo, la nobleza utilizaba ricos y complicados atuendos bordados con plumas y gemas, calzaba sandalias de mixa y lucía grandes tocados de plumas, además de collares, pectorales y pesados cinturones con incrustaciones de nácar y piedras grabadas. Otras prendas comunes entre los nobles fueron las faldas, capas cortas o largas, chaquetas (generalmente de piel de jaguar o algodón), adornos de conchas, caracoles y diseños geométricos. Aparte del tocado, algunos nobles y sacerdotes llevaban enormes orejeras, narigueras, brazaletes y anillos de jade, cuarzo y oro, y se perforaban la barbilla, bajo el labio inferior, para incrustarse un bezote.
Entre los accesorios había sombreros, turbantes, penachos, diademas y gorros cónicos. Por lo general el jade era muy utilizado hasta el 900 a. C. (aunque no desaparece) y posteriormente llega la joyería de oro.
Podemos imaginar, por las pinturas murales de Bonampak, la riqueza y suntuosidad que irradiaban estos atavíos en las ceremonias y también en las batallas, en donde los guerreros añadían al vestuario sus armas, escudos y cotas o chalecos protectores también profusa y bellamente adornados.
Para teñir sus artículos indumentarios utilizaron diversos colorantes. Los más importantes fueron:
Estos colorantes fueron obtenidos a través de cultivos o por el comercio.
De origen mineral
- Arcilla atapulgita (paligorskita)
De origen vegetal
- Añil (Indigofera sufruticosa e Indigrofera guatemalensis), de estas dos (atapulgita y añil) se piensa que los mayas sacaron el azul maya (su color característico).
De origen animal
- El color rojo, obtenido de la grana cochinilla (insecto parásito que ataca al nopal, del que hay varias especies de los géneros Opuntia y Nopalea).
- El color violeta proviene de un caracol llamado Plicopurpura pansa.